No podemos escapar de las cataratas, pero tenemos la cirugía más avanzada para combatirla

La edad es el principal factor de riesgo de esta dolencia que tiene su origen en la opacificación del cristalino

Una catarata es la opacificación total o parcial del cristalino, una de las dos lentes naturales que tenemos en el ojo lo que disminuye progresivamente la visión. La catarata normalmente se encuentra asociada a la edad, aunque los oftalmólogos explican que también puede ser congénita, producirse por traumatismos o verse acelerada su formación a partir de determinadas enfermedades o tras ingerir ciertos fármacos. Se estima que la mitad de la población, entre 65 y 75 años, padece esta patología, y por encima de los 75 años, tres de cada cuatro personas. Hoy en día corregirlas es posible gracias a la tecnología de última generación que resuelve el problema en unos minutos, en uno de los procedimientos quirúrgicos oculares más frecuentes y seguros en la actualidad en nuestro país.

Habitualmente, la pérdida de transparencia del cristalino va sucediendo de forma lenta y progresiva a medida que envejecemos, con el riesgo de que este deterioro no se aprecie durante bastante tiempo, llegando la persona incluso a acostumbrarse a una agudeza visual que, en realidad, no es lo bastante buena. Existen otras causas de su aparición, como padecer diabetes, o tener malos hábitos de vida como el tabaquismo, alcoholismo e incluso la exposición excesiva al sol, pueden provocar la aparición de cataratas a edades más precoces.

Los principales síntomas que presenta esta dolencia son, entre otros, “la sensación de visión borrosa, cambios frecuentes en la graduación de las gafas, pérdida de nitidez de los colores o halos alrededor de las luces”, explica el doctor Enrique Artiaga, de la clínica oftalmológica de Madrid Oftalvist, integrada en la Unidad de Oftalmología del hospital HLA Universitario Moncloa, quien también recuerda “que esta patología no produce dolor, picor ni enrojecimiento”, y a su vez alerta que “ante la aparición de algunos de estos síntomas, debemos someternos a  una revisión ocular”.

La solución pasa por el quirófano: cómodo, seguro y eficiente

La única manera de eliminar una catarata y recuperar la visión es someterse a intervención quirúrgica. Se trata de un procedimiento ambulatorio que no requiere ingreso hospitalario, por lo que el paciente se marcha a su casa el mismo día de la cirugía. La operación consiste en retirar el cristalino opacificado y colocar en su lugar una lente intraocular artificial que recupere la función de nuestro cristalino cuando éste aún no estaba afectado.

En la actualidad, esta operación ha evolucionado mucho y ya algunos centros oftalmológicos, como el de HLA Universitario Moncloa, emplean tecnología láser de femtosegundo para realizar este tipo de cirugía, una de las más prometedoras novedades que permite que la operación resulte más cómoda, segura y perfecta al paciente.

“Esta tecnología nos posibilita llevar a cabo parte de la cirugía con el ojo cerrado y reducir la utilización de energía de ultrasonidos para deshacer la catarata. El láser la reblandece previamente y, por tanto, somos menos agresivos con las estructuras más delicadas del interior del ojo. También mejora la precisión, que nos permite realizar diferentes partes de la cirugía como son las incisiones de una manera reproductible, favoreciendo mejores resultados refractivos, explica el profesional de Oftalvist. El grupo oftalmológico nacional realiza esta cirugía con láser femtosegundo (Femto-Láser), siendo pionera al implantarla en España en 2012.

Los estudios clínicos han demostrado que cuando la operación de cataratas se realiza con láser de femtosegundo, da la opción al cirujano de diseñar un tratamiento absolutamente personalizado, adaptándose a la forma y al tamaño de cada ojo. Esta apertura tiene una precisión aproximadamente diez veces mayor que la que sería posible obtener con la técnica de facoemulsificación, es decir, un procedimiento manual.

“Podemos acercarnos más al objetivo de no solo eliminar la catarata, sino conseguir también una buena agudeza visual sin la necesidad de utilizar gafas tras la operación” afirma el oftalmólogo del hospital HLA Universitario Moncloa, que añade que “se ha convertido, por tanto, en una técnica de elección para casos especialmente complicados en los que una cirugía tradicional con ultrasonidos es más arriesgada, como en aquellos pacientes con cataratas muy maduras, ojos pequeños o con córneas especialmente delicadas”, concluye el doctor Artiaga.

Sobre HLA Grupo Hospitalario

El Grupo Hospitalario HLA está compuesto por 15 hospitales integrados con 33 centros médicos multiespecialidad y una red de unidades de referencia en tratamientos de última generación. 42 clínicas dentales, 11 unidades de reproducción asistida, 30 clínicas oftalmológicas dotadas de la más avanzada tecnología y 436 centros de análisis clínicos completan la estructura que HLA pone a disposición de sus pacientes. Con 1300 plazas de hospitalización HLA es un referente en la atención hospitalaria y ambulante. Más de 36 años de experiencia y presencia en seis países configuran un modelo de atención que basa su filosofía en el trato humano, la excelencia, el liderazgo, la responsabilidad y la especialización.



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