Charla en Majadahonda sobre la salud mental en la Comunidad de Madrid: del manicomio al centro de salud comunitario

La sala polivalente de la Casa de la Cultura de Majadahonda se llenó este sábado 25 de marzo. Los asistentes, mayormente mujeres, acudieron a conocer el estado de la salud mental en la Comunidad de Madrid (CAM) presentado por dos expertos con una dilatada carrera profesional en este campo en un acto organizado y promovido por la Asociación de Vecinos de Majadahonda.

Antonio – Toño – Espino, ex jefe del Servicio de Salud Mental para la zona Noroeste desde su creación en 1998 hasta 2013, recordó de dónde venimos. Muchos trastornos mentales, hasta el año 1987, cuando se inicia la reforma de la psiquiatría, equivalían a un ingreso en los entonces llamados popularmente “manicomios”. Nos explicó que la salud mental es parte de la salud, posibilitándonos tener capacidad para vivir, relacionarnos, trabajar, disfrutar, etc. Los trastornos de nuestra salud mental suelen aumentar en épocas de crisis, y se clasifican en dos grandes grupos:

  • Los trastornos comunes como la ansiedad, la depresión leve.
  • Los trastornos severos como la psicosis, la esquizofrenia.

Recordó también que el gasto sanitario es un buen indicio de la “salud” de una sociedad, de un país. Si bien España, a nivel nacional, tiene un gasto sanitario comparable a la media europea y repartido entre un 70% en la sanidad pública y un 30% en la sanidad privada, cuando se pone el foco en la Comunidad de Madrid los datos empeoran: un 60% en la sanidad pública frente al 40% en la sanidad privada. Es además la segunda CC.AA. que gasta menos por habitante en sanidad y sin embargo la segunda con más polizas privadas de seguros sanitarios, detrás de Cataluña.

Desde el inicio de la reforma de la psiquiatría en 1987 hasta el año 1995 se hicieron grandes esfuerzos en la mejora del sistema de atención a los trastornos mentales. Se centró en la atención comunitaria, desde los Centros de Salud. Pero a partir del año 2002, con la llegada al poder del PP en el gobierno de la Comunidad de Madrid, se inició un cambio profundo en la sanidad madrileña. Se pasó de un modelo comunitario a un modelo asistencial centrado en el hospital, con una notable insuficiencia presupuestaria crónica. Se dedican más recursos a los hospitales frente a la Atención Primaria – y por tanto a la salud mental. Los equipamientos están envejecidos y faltos de mantenimiento. De ello es un buen ejemplo el Centro de Salud Cerro del Aire en nuestro municipio. Si bien hay planes autonómicos para la sanidad,  concretamente en la CAM el Plan 2022-2024 fue aprobado en diciembre 2022 y redactado en marzo 2022, suelen no aplicarse, al igual que los distintos acuerdos parlamentarios, o acuerdos con el Gobierno.

Ana Barragán, enfermera responsable en el Centro de Salud Mental Cerro del Aire en Majadahonda del Programa de Continuidad de Cuidados de las Personas con Trastornos Mentales Severos, expuso que este programa pone a disposición de estas personas un equipo básico compuesto por un/a psiquiatra, un/a enfermero/a y un/a trabajador/a social que les permite tener a personas de referencia, que suele ser el personal de enfermería, para cualquier necesidad, en cualquier momento. Resaltó que se trabaja mucho en la comunidad procurando dar una continuidad en los cuidados, desde la normalidad. Insistió en que los pacientes discapacitados no son incapacitados.

En el turno de preguntas nos enteramos, por fin, que el Centro de Salud Mental de Majadahonda atiende a una población de 420.000 habitantes de toda la región Noroeste de la CAM y que para ello tan solo dispone de 15 psiquiatras, 6 psicólogos, 4 enfermeras, 1 auxiliar de enfermería, 2 administrativos, 2 celadores, y una trabajadora social compartida con el Hospital Puerta de Hierro. Ese profesional cuyo trabajo le parece a Ana Barragán tan fundamental.

No logramos saber cuántas personas aquejadas de problemas de salud mental (comunes o severos) se quedan sin tratamiento debido a un equipo a todas luces tan escaso, aunque sí apuntó Barragán que están continuamente haciendo un Tetris para poder atender a sus pacientes.



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