GREFA ha colocado emisores GPS a 1.300 animales para ayudar a las especies protegidas y amenazadas

A cuatro especies pertenecen más de 900 animales marcados por GREFA con GPS: águilas imperial y de Bonelli, buitre negro y milano real. Más de veinte pigargos europeos liberados en España han sido dotados de esta tecnología por la ONG para supervisar su adaptación al medio

Pigargo europeo reintroducido en Asturias, con emisor GPS. Foto: Ilja Alexander Schroeder / GREFA

A fecha del pasado, viernes 3 de marzo, jornada en la que se celebró el Día Mundial de la Naturaleza, más de cuatrocientas aves están siendo seguidas por la asociación conservacionista GREFA, con sede en Majadahonda, gracias a los emisores GPS que portan cada una de ellas, una tecnología de monitorización a larga distancia que ha supuesto toda una revolución por su aplicación al estudio y la conservación de las especies amenazadas. Estos ejemplares cuyos emisores se mantienen activos en la actualidad forman parte de los 1.300 animales, pertenecientes a más de veinte especies, a los que GREFA ha colocado estos dispositivos para su seguimiento durante los más de cuarenta años de actividad de esta ONG.

Tan solo en 2022, casi doscientos animales han sido marcados por GREFA con GPS, que se suman a otros muchos seguidos por esta ONG que llevan ya años transmitiendo información sobre sus desplazamientos y amenazas, mientras que también los hay que ya no son objeto de seguimiento por haberse agotado la batería del emisor, por pérdida de este dispositivo o por muerte o desaparición del ejemplar monitorizado. Si bien la mayoría pertenecen a especies de rapaces catalogadas como amenazadas, también se ha utilizado esta tecnología con otras aves e incluso con mamíferos y con reptiles.

Desde su creación en 1981, GREFA gestiona uno de los hospitales de fauna salvaje más importantes de Europa, ubicado en Majadahonda (Madrid), y con más de 7.200 animales ingresados solo en 2022. GREFA también se ha consolidado como referencia internacional en la atención a la fauna autóctona con más problemas de conservación, a través de un extenso catálogo de acciones, como cría en cautividad, reintroducción o reforzamiento de poblaciones silvestres, vigilancia de nidos y, en especial, el seguimiento de ejemplares con GPS.

“En todo ese tiempo, la gran cantidad de animales a los que hemos marcado con emisores GPS se han convertido en nuestros confidentes de lujo, ya que gracias a ellos podemos abordar un rastreo constante y preciso de la fauna silvestre que nos muestra cómo vive, por dónde se mueve y, lo que es más importante, qué amenazas le afectan más”, afirma Ernesto Álvarez, presidente de GREFA.

Supervisión de la fauna reintroducida

Del total de 1.300 animales marcados por GREFA con emisores GPS, más de novecientos corresponden a cuatro especies de rapaces emblemáticas catalogadas como amenazadas en España: el águila de Bonelli (441 ejemplares), el buitre negro (284 ejemplares), el milano real (158 ejemplares) y el águila imperial (48 ejemplares). También es objeto de seguimiento por parte de GREFA el pigargo europeo, el mayor águila de nuestro continente, declarado como “Especie extinguida” en España desde 2018.

Esta formidable rapaz es objeto de un proyecto de reintroducción en nuestro país –actualmente en fase experimental– por el cual están siendo seguidos por GREFA más de veinte pigargos europeos dotados con GPS que habían sido previamente liberados en la costa oriental de Asturias. De hecho, más del 40% de los animales de diferentes especies que GREFA marca y sigue gracias a la tecnología GPS forma parte de proyectos de reintroducción, en virtud de los cuales se liberan ejemplares para reforzar poblaciones precarias de la fauna amenazada o incluso para que ésta vuelva a zonas donde desapareció por completo.

Además del pigargo, otro ejemplo de ello es el águila de Bonelli, que gracias al proyecto europeo AQUILA a-LIFE, coordinado por GREFA entre 2017 y 2022, está recuperando sus poblaciones en zonas como Mallorca, la Comunidad de Madrid, Navarra, Álava y Cerdeña (Italia). GREFA también marca con GPS los buitres negros que libera en el marco del Proyecto Monachus, así como los pollos que nacen en las dos colonias que se han conseguido crear gracias a estas reintroducciones. Estas colonias de buitre negro están situadas en el sector norte del Sistema Ibérico (Sierra de la Demanda, tanto en la parte de la provincia de Burgos como en la de La Rioja) y en los Pirineos (Reserva de Boumort, en la provincia de Lleida).

Aplicaciones impensables años atrás

“Por ser víctimas de muchas de las amenazas actuales a la fauna silvestre, las rapaces son magníficas indicadoras de la situación de nuestras especies y sus hábitats, sobre todo si tenemos la posibilidad de recibir la ingente cantidad de información tan valiosa que permite su seguimiento GPS”, indica Álvarez.

De hecho, el seguimiento telemétrico mediante GPS avanzados como los que usa GREFA, dotados de sensores tan precisos como los acelerómetros, permite hoy en día aplicaciones impensables hace pocos años, como por ejemplo identificar las causas de mortalidad de los ejemplares que portan los emisores y esclarecer bajas por amenazas a la biodiversidad como cebos envenenados, furtivismo, tendidos eléctricos peligrosos para las aves o colisiones en diferentes infraestructuras.

Numerosos organismos públicos, empresas y entidades conservacionistas colaboran con GREFA en estos proyectos de reintroducción y seguimiento de la fauna salvaje, siendo especialmente relevante el apoyo técnico del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en el marcaje con GPS de los ejemplares monitorizados.



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