Desde que en 2018 una estimación de la ‘Comisión de Control y Seguimiento sobre el Estudio y Análisis sobre la existencia de Amianto’, creada aquel año en Leganés, pusiera de manifiesto que podría haber en el municipio alrededor de 130 edificios e inmuebles que contenían dicho material (especialmente en cubiertas, vallados y revestimientos exteriores), poco se ha hecho hasta la fecha para tratar de retirarlo o eliminarlo. Mientras tanto, se ha dejado morir prácticamente a la citada Comisión, que apenas mantuvo un par de reuniones.
El amianto, también conocido como uralita y/o asbestos, está compuesto por un grupo de minerales con fibras largas y delgadas que, por su reducido tamaño, no resultan visibles o apreciables para la vista, siendo muy dañinas para la salud. De hecho, según médicos y expertos, la exposición al amianto puede causar dificultades respiratorias y provocar enfermedades como cáncer de pulmón o mesotelioma. En relación con ello hay en el Consejo General del Poder Judicial más de 3.300 sentencias como consecuencia de demandas y litigios de trabajadores que han enfermado por exposición al amianto en sus entornos laborales, por lo que han reclamado indemnizaciones millonarias.
En el caso de Leganés, si bien el Ayuntamiento llegó a retirar amianto del tejado de la casita de juegos de una escuela infantil y la Comunidad de Madrid retiró a su vez también dicho material de otros cuatro centros educativos, se trata de actuaciones insuficientes porque los ciudadanos, a través de la Federación Local de Asociaciones de Vecinos de Leganés, reclaman al Consistorio la «elaboración de un censo de edificaciones y parcelas» que contengan amianto, o lo que es lo mismo, un estudio que identifique los lugares de existencia de ese material, así como la puesta en marcha de un plan para su retirada.
A fecha de hoy, el problema sigue subsistiendo, localizándose uralita en múltiples edificaciones del municipio, privadas y públicas, además de en puntos de vertidos sin controlar existentes en caminos rurales, pese a haber solución, ya que es posible la retirada de amianto en Leganés con GDA a través de un proceso que conlleva todas las garantías, ocupándose GDA de todos los pasos: retirada de uralita mediante un desamiantado siguiendo las medidas del RD 396 2006; recogida del amianto, lo cual pueden llevar a cabo dado que esta empresa está certificada a tal fin con el RERA; y eliminación de la uralita, que es llevada a un vertedero autorizado.
Pese a ello, la realidad es que sigue habiendo en Leganés inmuebles y edificaciones con amianto en sus cubiertas o incluso vallados, además de detectarse presencia de asbestos en vertidos realizados en caminos, según lo han constatado organizaciones como Ecologistas en Acción de Leganés, que han dado a conocer la existencia de vertidos de materiales que contienen amianto, como por ejemplo tejados de uralita tirados en caminos cerca del Parque Tecnológico del municipio.
Además de la erradicación del peligroso material de edificaciones e instalaciones que puedan depender del Ayuntamiento, de la que corresponde al mismo hacerse cargo, la Federación de Asociaciones Vecinales de Leganés ha pedido “crear una línea de ayudas a comunidades de vecinos para facilitar la retirada del amianto», así como «dotar -la Corporación municipal- de una partida económica específica para dichos objetivos -la retirada de asbestos-“.
Dónde podría encontrarse amianto
Y es que el amianto, que ha tenido un uso impresionante a lo largo de la historia, multiplicándose principalmente entre los años 1900 y 2000, se puede encontrar en múltiples elementos y productos constructivos: baldosas, paredes, yeso, pintura, aislantes, bajantes, tuberías, tejas, techos, tejados, depósitos, mortero, mosaicos, azulejos, pisos de vinilo y compuestos nivelantes.
También es posible hallarlo en la industria naval, automovilística y ferroviaria, habiendo sido en este caso el crisólito el tipo de asbestos más utilizado.
Igualmente se ha usado mucho en colegios, viviendas, naves, edificios industriales y edificios públicos.
Este uso tan común del amianto se ha debido principalmente a sus características, ya que es un mineral económico con posibilidad de darle multitud de usos, si bien, una vez se conoció su peligrosidad para la salud, su utilización y su comercialización se prohibieron en España en 2002, y tres años más tarde, en 2005, la Comisión Europea aprobó una directiva para delimitar su uso.
Plataforma para impulsar la eliminación del amianto
Ante la gran proliferación de amianto existente en tantos sectores de actividad, elementos y productos llegó a crearse en la Comunidad de Madrid en 2021 una Plataforma para impulsar la eliminación del amianto en la región, formada por entidades vecinales, organizaciones ecologistas, políticas y del ámbito laboral, así como familiares y amigos de víctimas de este material cancerígeno, siendo una de sus prioridades impulsar una proposición de Ley de Erradicación Segura del Amianto.
Esta plataforma contra el amianto ha enumerado los principales puestos de trabajo en los que hay exposición a este material, destacando entre ellos los relacionados con la construcción, demolición y rehabilitación de edificios, instalación, reparación y mantenimiento de sistemas de tuberías de conducción de agua, de calefacción y de refrigeración, reparación de vehículos, mantenimiento y desguace de vagones y limpieza de máquinas, entre otros.
Aunque no se puede conocer con certeza cuántas personas han fallecido en España por enfermedades derivadas de la exposición al amianto, distintas investigaciones, según datos que maneja la plataforma apuntan a que entre 4.000 y 5.000 personas fallecen anualmente en España por enfermedades provocadas por el amianto, ya sea por exposición laboral, doméstica o ambiental al dañino material.
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