El debate que plantea la incorporación de Kepa a la portería Blanca

Kepa Arrizabalaga

Sediento de futuro merengue y con muchas ganas de dejar claro que su llegada al Bernabéu no tiene por qué funcionar exclusivamente como un parche transitorio. Con este ánimo de proyección está encarando Kepa Arrizabalaga su presencia en el esquema de Carlo Ancelotti. El guardameta vasco, que llegó el pasado mes de agosto cedido del Chelsea para suplir al lesionado Thibaut Courtois en lo que resta de temporada, no disimula el deseo de prolongar su estancia más allá del año que se ha pactado hasta el momento con el Real Madrid. El debate está servido, teniendo además en cuenta que el portero Blue estaría dispuesto a facilitar al máximo las condiciones de un hipotético traspaso.

Kepa ha manifestado abiertamente, sin titubeos, que quiere seguir unido a la entidad que preside Florentino, y para ello ha puesto en conocimiento de este una oferta verbal, ideada para el largo plazo, que parece bastante atractiva: rebajar hasta la mitad el salario de su ficha. En ese plano venidero, el de Vizcaya pasaría a percibir cuatro de los ocho millones de euros anuales que cobra en la actualidad, y además no tendría inconveniente en asumir un papel secundario bajo palos toda vez que cristalice la recuperación de Courtois. Ante una propuesta de este calibre, el club debería analizar antes el rendimiento que deja Kepa a lo largo del curso y plantearse una posible contratación definitiva después de julio de 2024, que es cuando finaliza el periodo de préstamo.

El Real Madrid estaría dispuesto a vehicular la operación si el otro implicado, el Chelsea, facilita las cosas a nivel económico. En las oficinas del conjunto blanco puede barajarse el fichaje siempre que el club inglés no estipule un precio de mercado que supere los quince millones de euros, una cifra que difiere mucho de los ochenta kilos que pagaron en Stamford Bridge por el cancerbero vasco. No obstante, cabe recordar que el contrato vigente no incorpora opción de compra alguna, por lo que Florentino Pérez estaría obligado a negociar si finalmente se decide apostar por Arrizabalaga. Este ha declarado incluso que no echa de menos Londres, que es más feliz en LaLiga, en la capital española, cerca de sus seres queridos y militando en un equipo que siempre aspira a reinar en Europa.

La cesión de Kepa no entraba en los planes madridistas, aunque terminó siendo un recurso de última hora que sirvió para enmendar un contexto caprichoso. Antes de la lesión de Courtois, el objetivo no era otro que el de incorporar un portero suplente con veteranía que viniera a cubrir la salida de Andriy Lunin. Como esta finalmente no se produjo y además el belga acabó en la enfermería, hubo que acudir al mercado con cierta urgencia para buscar a alguien que ejerciera de titular, tal y como demandó este verano Carlo Ancelotti. La opción del Chelsea se presentó como la más adecuada, también porque Mauricio Pochettino dejó la vía libre después de elegir a Robert Sánchez por encima de Kepa para defender el arco londinense.

El internacional español está ofreciendo un magnífico rendimiento en este arranque de liga. Aunque no debutó en el once principal hasta la tercera jornada, cuando ya estuvo aclimatado al grupo y al ritmo de competición, es en estos momentos el elegido para cubrir de inicio la portería vikinga. Ha jugado un par de encuentros, contra el Celta de Vigo y el Getafe, en los que ha sabido hilar un buen registro estadístico: sólo un gol encajado, cinco paradas decisivas y un porcentaje de pases acertados que roza el ochenta por ciento. Su habilidad para el saque, sus reflejos y sus estiradas centran toda la atención de los usuarios en las casas de apuestas, donde la presencia de Kepa es clave para fijar cuánto está pagando el Real Madrid por la victoria en su próximo choque liguero. Bajo esta carta de presentación, en el Santiago Bernabéu todos parecen estar más que satisfechos con el jugador, que a sus veintiocho años buscará convencer a técnicos y aficionados para perpetuarse en el equipo.

En un gesto evidente de predilección por Concha Espina, Kepa eligió la oferta de Florentino cuando en el mes de agosto se encontraba en trámites de negociación para recalar en las filas del Bayern de Múnich. El conjunto bávaro, con Tuchel a la cabeza, se mostró decidido a pujar por el guardameta, pero este siempre tuvo claro que su sueño de vestir de blanco estaba por encima de todo. Se trata de un idilio que casi se materializa en 2018, cuando el de Ondárroa estuvo a punto de firmar, incluso con el reconocimiento médico hecho, por la que era en aquel entonces la plantilla de Zinedine Zidane. Fue el entrenador galo quien frenó todo en el último instante, alegando que no necesitaba un nuevo portero, que con Navas, Casilla y Luca tenía suficiente. Kepa acabó marchándose del Athletic de Bilbao al Chelsea, donde ha permanecido cinco largos años.



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