El hombre débil europeo

Rafa Loza

Rafa Loza, consultor en ventas y empresario.

Si eres europeo, lo que cuento aquí es probable que te interese mucho.

Si no lo eres, también, pero te afecta menos.

Verás.

Soy Rafa Loza, y te voy a dar un par de datos para que entiendas el monstruo que hemos creado en Europa y la única forma que tenemos de matarlo.

Pero antes, para ponerte en contexto, necesito que leas con atención una de mis citas favoritas:

Los tiempos difíciles crean hombres fuertes,

los hombres fuertes crean tiempos fáciles,

los tiempos fáciles crean hombres débiles,

los hombres débiles crean tiempos difíciles.

Michael Hopf

Léela otra vez, por favor, necesito que la interiorices bien.

¿Ya?

Ok.

¿En qué tiempo crees que hemos nacido todos los que estamos vivos ahora mismo en Europa?

¿Tienes dudas?

Mira este dato:

Europa representa el 6% de la población mundial y el 50% del gasto social (servicios públicos, pensiones, subsidios, etc.).

La mitad de todo el dinero que se gasta en el planeta en estas prestaciones lo consumimos los europeos, que sólo somos una minúscula parte de la población mundial.

Poca broma.

Ten en cuenta que aquí una persona, por el simple hecho de nacer, le corresponde sanidad gratuita de por vida, educación pública desde los 3 años hasta los estudios universitarios, servicios sociales, pensiones varias, seguridad, infraestructuras, transporte público y una larga lista de prestaciones.

No estoy diciendo que esté mal; tampoco lo contrario. Lo que te quiero decir es que es obvio que todos los europeos que hemos nacido en los últimos 50-60 años hemos vivido un tiempo fácil.

Extremadamente fácil.

Sin lugar a duda, el tiempo más fácil de la historia de la humanidad.

Y eso tiene una grave consecuencia.

Los hombres débiles.

Porque los hombres débiles crean tiempos difíciles.

Y es muy probable que estemos cerca del final del ciclo.

¿Es sostenible un sistema del bienestar del que sale más dinero del que entra?

¿Es sostenible un sistema de pensiones en el que cada vez hay más gente cobrando y menos pagando?

¿Es sostenible un sistema en el que unos pocos costeen los servicios de todos?

No hay más preguntas señoría.

Verás.

En Europa no tenemos un problema de dinero, ni de oportunidades, ni de derechos o libertades.

Tenemos un problema de mentalidad.

De debilidad mental.

Un alto porcentaje de la población sufre una distrofia de mentalidad que le imposibilitaría sobrevivir en un mundo donde tuviera que buscarse la vida por sí misma.

¿Quieres otro dato?

Según un estudio de la fundación AXA, el 70% de los universitarios españoles aspira a ser funcionario o a trabajar en una gran multinacional, por la estabilidad y seguridad que ofrecen.

Insisto, tenemos un problema de mentalidad cuando, paradójicamente, es lo único que nos ofrece seguridad y protección.

Verás.

Nadie sabe cómo será el futuro, todavía no sabemos si los de mi generación cobraremos pensiones o no, si el sistema quebrará y cuando lo hará, cómo será el mercado o la economía dentro de unos años y si la inteligencia artificial nos acabará quitando el trabajo o no.

Eso no lo sabe nadie.

Todo es una gran incertidumbre, y lo único que tenemos para afrontar todo lo que venga, y que además nadie nos puede quitar, es nuestra mentalidad.

Nuestra forma de pensar, nuestros patrones mentales, nuestros códigos psicológicos, nuestra fuerza y gestión mental, es lo que determina nuestra capacidad para generar resultados y prosperar en cualquier escenario.

Podrá cambiar el mundo, pero con la mentalidad adecuada siempre irás seguro y te mantendrás en los escalones superiores de la cadena.

Hazme caso.



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