Roberto Vaquero, reelegido presidente del Frente Obrero

El domingo 14 de abril tuvo lugar el II Congreso del Frente Obrero en Arganda del Rey,, donde la militancia aprobó los nuevos estatutos y documentos políticos que guiarán a la organización en los próximos años. Además, se escogió también a los miembros de la Junta Nacional y al nuevo presidente, que en este caso fue, de nuevo, Roberto Vaquero.

La mayor parte del acto lo ocupó el debate de los documentos políticos, que, pese a no contar con cambios significativos respecto a la línea de actuación de la formación en este último año, sí profundiza en aspectos como la lucha contra el islamismo, el refuerzo de las frontera o la defensa de la identidad nacional.

Frente Obrero es un movimiento político que se enmarca, según se define a sí mismo “dentro del patriotismo revolucionario y que rechaza las etiquetas de izquierda y derecha”. Las elecciones generales del pasado julio fueron los primeros comicios en los que participaron los de Vaquero, obteniendo un resultado de más de 46 mil votos, quedando así como la tercera fuerza extraparlamentaria.

En este Congreso, celebrado en fechas próximas a las elecciones europeas, que tendrán lugar en junio de este año, el Frente Obrero ha dejado claro que se va a presentar a las mismas para representar los intereses de España «frente a los burócratas de Bruselas», llevando la recuperación de la soberanía nacional al plano europeo en lo que supone «una oportunidad histórica».

Hace unas semanas esta formación política anunció que se presentará también a las elecciones catalanas de mayo y lo hizo con un polémico cartel en el que podía leerse «Defiende Cataluña, defiende España» y «No a la islamización», señalando el yihadismo y la pérdida de libertad de las mujeres a modo de denuncia del agudo proceso de islamización que atraviesa esta comunidad.

El Frente Obrero ha sido siempre muy crítico con los líderes independentistas, a quienes acusan de «procesistas». Considera que estos partidos, más que querer la independencia, estarían utilizando el «procés» para continuar viviendo de España “a base de chantajes y presiones como han hecho hasta ahora”.



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