Café Society

La emoción y la sensación de estar asistiendo a un momento histórico me embargan cuando empieza la proyección del último estreno del maestro en vida Woody Allen. La seguridad de que dentro de 50 años se seguirá hablando de su cinematografía, como hoy lo hacemos de otros grandes cineastas como pueden ser Orson Welles o Billy Wilder, hacen que todos los sentidos se desplieguen mirando hacia esa gran pantalla, donde los sueños se hacen realidad y las emociones se despliegan en toda su intensidad. Con sus partidarios y detractores, lo que no cabe duda es que desde su particular visión del séptimo arte, el director de Manhattan dejará un legado y una huella difícil de olvidar.

La historia: Bobby (Jesse Eisenberg) es el sobrino de Phill (Steve Carrel) un representante y productor de máxima importancia en el Hollywood de los años 30. El joven Bobby decide trasladarse de Nueva York a Los Ángeles para probar fortuna y hacerse un hueco en la meca del cine a través de los contactos de su tío Phill. La situación se complicará cuando el recién llegado se enamore de Vonnie (Kristen Stewart) que es la secretaria de su tío y a la vez su amante. El triángulo amoroso formado por los tres protagonistas está servido; las complicaciones, los celos y las ambiciones personales del trío protagonista, servirán como vehículo para asistir a las vivencias de la época dorada de Hollywood.

En mí humilde opinión, nos encontramos con la mejor película del guionista y director en los últimos diez años, no hemos de olvidar que factura una película todos los años y ese ritmo un tanto elevado tiene sus costes en la irregularidad de su carrera. Pero en ‘Café Society’ demuestra una delicadeza y belleza que aparece por la sencillez de lo que podríamos llamar naturalidad en el cine. Nada es forzado, todo se siente con intensidad pero desde la tranquilidad de que las escenas encuentran una fluidez sin recurrir a giros bruscos o situaciones forzadas. Hay algún plano secuencia que sencillamente nos hace volar a través de la cámara.

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La película nos habla de amor, pero también de desamor, la otra cara de la moneda. Y ahí es donde se hace fuerte, se hace inteligente, pues enfrenta a los distintos personajes a dilemas existenciales y nos habla de oportunidades perdidas para unos y ganadas para otros. También de ambiciones económicas y de sacrificios amorosos por estas últimas. Otro de los puntos desarrollados en la historia y quizás el más importante, nos habla del conformismo a veces inevitable de un amor que ya dejó de existir o se transformó en algo con la llama de la pasión bajo mínimos. ¿Amor familiar o amor en conserva?

Personajes perfectamente estructurados y muy bien presentados; nos enfrentan a la tesitura de mirarnos en el duro espejo de la realidad y nos lleven a hacernos preguntas personales pero desde una mirada sutil y sin prejuzgar actitudes. En ningún momento la cinta trata de profundizar demasiado dentro de los sentimientos personales, sino que lo hace desde un aspecto más sugerente que interior, si algo define a ‘Café Society’ es la belleza en el rodaje, la belleza en la imágenes integradas en la historia, es ante todo preciosismo visual que merece capítulo aparte.

Y este capítulo es en el que mi opinión se está convirtiendo en una revolución silenciosa en el cine, es la definitiva consagración del cine digital y de la asombrosa nitidez de sus imágenes, tan bellas que “superan” al ojo humano. Woody Allen es el último gran director que se pasa al cine digital en detrimento del celuloide tradicional, eso demuestra su inteligencia y sobre todo la capacidad de adaptación a las nuevas formas de hacer cine; por supuesto que no abogo por la desaparición del celuloide para rodar películas, todo tiene su espacio. Pero cuando has vislumbrando la maravilla técnica de la composición digital en un cine o en una pantalla doméstica con la tecnología apropiada para ello, se hace difícil cuestionar que el futuro ya esta aquí y para quedarse. Vittorio Storaro ganador de tres Óscars (Apocalipsis Now, Rojos, El último emperador) es el director de fotografía elegido por Allen para llevar a cabo su transición hacia la fotografía digital, y realmente su trabajo es de una maestría absoluta, quizás la mejor fotografía que un servidor haya visto en una sala de cine. Y no hablo solo por su nitidez, sino que durante casi toda la película, las imágenes están tratadas para conseguir unos tonos dorados y ámbar en un claro guiño a los años dorados de Hollywood, un sueño para la vista. Otro de los puntos fuertes de la producción es la maravillosa dirección de arte y la fabulosa puesta en escena con una composición artística que roza la perfección.

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Todo lo dicho hasta ahora parece indicar que estaríamos hablando de una obra maestra del cine contemporáneo, pero para llegar a ello no podemos dejar pasar los errores que a mi juicio tiene la cinta y que la hacen estar un punto por debajo de la máxima calificación. Hay ciertas partes de la historia que son accesorias, un ejemplo claro es una subtrama de gansters que aparecen en los clubes que frecuentan las estrellas de cine, que no aportan nada al desarrollo de la historia, pareciera más que es un relleno para cumplimentar la duración del metraje que una opción enriquecedora del argumento. Por momentos cae en cierta frivolidad, apoyado en el preciosismo de las imágenes. Desde luego y es una opinión personal, si la apuesta se hubiera centrado en aportar aún más fuerza a los personajes extendiendo algo más la historia en los conflictos personales, estaríamos hablando de cine con matrícula de honor, aun con estas pequeñas pegas la película es realmente deliciosa. Un cine que puede resultar extraterrestre para algún espectador muy joven, pero que al espectador interesado en el cine clásico le dejará un gran sabor de boca. La secuencia de cierre de la cinta es muy poco convencional, por ello habrá que estar muy atento a esa parte final pues es cine de miradas sin explicaciones textuales, es el espectador el que tendrá que buscar el significado de las visiones de los protagonistas, ante unos silencios que dirán más que mil explicaciones.

El reparto de la película es un tanto irregular, Jesse Eisenberg (La red social) en el papel del inexperto y ambicioso Bobby, parece ser el álter ego preferido de Woody Allen para interpretar su papel. Personalmente es un actor que no me gusta y que me deja especialmente frío e incluso que me cae mal en pantalla, pero lejos de llevarme por mis gustos personales hay que reconocer que es el que mejor hace de Woody Allen sin ser el propio Allen, tiene gestos y miradas que nos recuerdan al aclamado director. Steve Carrel (el tío Phill) parece que se pasa al lado serio de la interpretación dejando ya de lado por el momento sus papeles como en ‘Virgen a los 40’ y demás fechorías, aquí y como ya hacía en ‘La gran apuesta’, se torna en papeles más dramáticos y resuelve sin mayores problemas su trabajo.

cartel-cafe-societyEn el lado femenino Blake Lively (Infierno Azul) tiene un papel secundario y su imponente presencia concuerda perfectamente con el papel representado, ella será uno de los dos amores del joven Bobby y cobrará protagonismo hacia la segunda parte de la trama, actriz en continua progresión. Pero la verdadera sorpresa y con una actuación realmente sobresaliente la protagoniza Kristen Stewart (saga Crepúsculo) actriz camaleónica y que sinceramente nunca pensé que pudiera llegar a realizar una interpretación tan sutil, taimada y con unos matices auténticamente evocadores. Una de las mejores actuaciones en lo que llevamos de año. La mano del director también se nota, no hay que olvidar que son directores de actores y aquí su presencia es palpable. En todo caso enhorabuena para la señorita Stewart, por su progresión innegable y espectacular. Quedo absolutamente fascinado y me hace cambiar radicalmente la opinión que tenía sobre ella. Actriz revelación del año demostrando que la inspiración es parte consustancial de cualquier actividad artística o intelectual y normalmente aparece trabajando…

Recapitulando y casi podría escribir un ensayo, de hecho es la crítica mas extensa que he realizado, diría que nos encontramos con la mejor película del cineasta desde ‘Match Point’. Una pena la disonancia en las fechas de su estreno. Recordemos que fue presentada en primavera en el Festival de Cannes, se estrenó en Julio en EEUU, a finales de Agosto en España, y aún pendiente de estrenar en distintos países a nivel mundial, esto no ayuda a la promoción y difusión de la misma. Pero independientemente de la discutible estrategia comercial de la productora, nos encontramos ante una auténtica obra de arte que me hace perder el sentido crítico ante la belleza proyectada. Una belleza que nos habla de la eterna idealización de la persona amada, del enamoramiento mientras el mismo está en plena ebullición y cómo no de la contraparte, que es la caída del pedestal con el paso del tiempo. Los ciclos del amor y sus tiempos, una batalla contra la eternidad. Café Society es una reconciliación con el buen cine, un viaje a los años 30 del viejo Hollywood, traspasando la pantalla con un hiperrealismo mágico. Una auténtica preciosidad…

Nota: 9/10.

Nacionalidad: Estados Unidos.
Año : 2016.
Duración: 96 minutos.
Dirección y guión : Woody Allen.
Reparto: Jessie Eisenberg, Steve Carrel, Kristen Stewart,
Blake Lively, Parker Posey, Corey Stoll.
Fotografía: Vittorio Storaro.
Premiere: Festival de Cannes.
Estreno USA: 15/07/2016.
Estreno en España: 26/08/2016.
A la espera de distribución a nivel mundial.



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