La La Land (La Ciudad de las Estrellas)

Y el sueño del cine se hizo realidad…

La historia: Mia (Emma Stone) es una joven camarera de los estudios Warner Bros de Los Ángeles, que se dedica a presentarse a numerosas audiciones, para intentar conseguir un papel como actriz en Hollywood. Por otra parte, está Sebastian (Ryan Gosling), que es un talentoso pianista con aspiraciones de crear un club de jazz. Por casualidades del destino se conocen y dan comienzo a un romance de consecuencias imprevisibles…

La crítica: y fue un musical el que rescató la magia del cine, y fue un musical el que puso la emoción a flor de piel, y fue un musical el que llenó las salas de cine, y fue un musical el que me hizo llorar de emoción, y fue un musical…

‘La la land’ inicia de alguna manera una contrarrevolución cultural en el mundo del cine. Una manera de narrar que parecía olvidada y que entronca directamente con la época dorada de los grandes musicales de Hollywood. La película esta en la linea de ‘West Side Story’, ‘My Fair Lady’, o ‘Sonrisas y Lágrimas’, propuestas que en su momento, conectaron este género cinematográfico con la sensibilidad de la mayoría de los espectadores. En una época en las que nos ha tocado sufrir innumerables despropósitos que han hecho del cine mayoritario un espectaculo de ruidos bochornosos, el cineasta Damien Chazelle (Whiplash) ha logrado una obra maravillosa y mágica que se convierte en un clásico desde su nacimiento.

Y cuando hablo de contrarrevolución cultural, me estoy refiriendo al cine que se hace en los grandes estudios, por ello este éxito, podría suponer una vuelta a rodar más películas clásicas y atemporales en detrimento de los grandes blockbusters basados en los efectos especiales. Sino un cambio total, que sería una quimera, si puede hacer subir la cuota de cintas rodadas con buen gusto y sin duda reactivarán el género cinematográfico de los musicales, enriqueciendo así el panorama cinéfilo de una manera considerable. Con esto no quiero decir que todo el cine que se hace en la actualidad sea de mala calidad, pues paradójicamente y con el Festival de Sundance como punta de lanza, el cine independiente está viviendo una cierta época dorada, en la cual, se hace un cine tan profundo como el mejor de la historia. Parte del problema reside que se circunscribe a un circuito minoritario y dificultoso de seguir incluso en las grandes ciudades.

Volviendo a La La Land, uno de sus méritos, es que consigue un casi imposible en el mundo del cine y en cualquier otro ámbito escenico diría yo. Y no es otra cosa que cumplir o superar en mí caso, las expectativas creadas por los increíbles trailers presentados (que de hecho son tan buenos o más que la película, siendo recomendable su no visionado para no perder el efecto sorpresa) y por la fuerte campaña establecida por la productora y seguida por los medios. Cuando además las buenas críticas han acompañado su estreno en el Festival de Cine de Venecia, la tendencia general nos llevaría a pronunciar la frase “pues no es para tanto”. Pero esta vez las cosas no son así, la cinta es para tanto y algo más. Sencillamente una obra de arte mayúscula.

El paseo por la ciudad de Los Ángeles es una de las motivaciones de la película. Situada cronológicamente en la actualidad, y con la urbe muy castigada por los altos niveles de contaminación, el director sin embargo, consigue que la meca del cine brille con luz propia, eligiendo para ello unos escenarios auténticamente evocadores. Una de las primeras paradas la hacemos en el cine Rialto, allí visionamos una escena de una reposición de ‘Rebelde sin causa’, mientras Mia y Sebastian tienen su primera cita.

A continuación, conocemos el Parque Griffith, el muelle de Hermosa Beach, el espectacular tren funicular Angels Flight Railway, el distrito Art Deco, los estudios Warner Bros y el maravilloso escenario natural con vistas a toda la ciudad a los pies del Griffith Observatory. Un sueño con cientos de referencias cinéfilas que convierte a la película en un homenaje a la historia del cine. Dentro del observatorio y en mí opinión, se produce el mejor número musical instrumental de la historia del cine.

La película también rinde homenaje a través de los distintos números musicales a las décadas de los 60, 70 y 80 convirtiéndose en toda una orgía de nostalgia y cultura pop. Referencias a Ingrid Bergman, Audrey Hepburn o Humphrey Bogart tampoco faltan en la cinta mientras la pareja de enamorados se van conociendo.

En la parte dramática de la propuesta, la apertura de la narración ya es toda una declaración de intenciones. Los personajes tienen una excelente presentación y rápidamente congeniamos con ellos. La cinta está dividida en cuatro actos, representados por las estaciones del año. En el tercer acto la película decae por momentos en un plan trazado por el director para resaltar la parte final. Si desvelar nada sustancial, es en el cuarto acto donde se producen 15 minutos de auténtico prodigio artístico. Un final auténticamente sorprendente y maravilloso que el propio cineasta Frank Capra hubiera soñado para algunas de sus películas. Un auténtico sueño de amor, desamor, vidas paralelas, vidas infinitas, toques musicales, arte en su máxima expresión que acabá con un un unánime aplauso de los espectadores de la sala de cine, en una situación que no vivía en primera persona desde hacia muchos años ya. Todo en la película pasa por estos minutos finales, la esencia del mensaje dramático está en la resolución, de hecho sin esta parte la historia se hubiera quedado en una buena propuesta sin más. Un pequeño tratado sobre el amor, lo que pudo haber sido y no fue o le que es y pudo no haber sido, la razón y el corazón, el desgarro y la felicidad.

Todo se dice a través de unas miradas que atraviesan el alma, algo que cada espectador tendrá que interpretar a su manera, según su propia experiencia. Las ganas de vivir, la apuesta por el amor o el peligro de dejarlo ir, en definitiva, una secuencia final que sería imposible desvelar pues en cada vida, en cada persona, habrá una interpretación.

Ryan Gosling (El Diario de Noah) sabe actuar, sabe cantar y además es atractivo. Actor polifacético y multigénero que ha tenido una espectacular progresión y se sitúa entre los actores más destacados del panorama actual. Por su parte Emma Stone (Irrational Man) y galardonada con la Copa Volpi de la Mostra de Cine de Venecia por esta actuación, está sencillamente deslumbrante. No se puede actuar mejor. Su poder de transmisión es instantáneo y sale convertida en una verdadera estrella de cine. Sin duda, ambos actores pasarán a la historia universal del cine independientemente de los premios que ya han obtenido y de los muchos que vendrán. El resto del reparto tienen papeles muy pequeños al servicio del lucimiento de los dos protagonistas, solo destacaría la breve aparición de J.K. Simons como dueño de un club de jazz y que no obstante marca el futuro del pianista.

Fotografía, vestuario, dirección de arte, y diseño de producción son sobresalientes estando claramente al servicio de la banda sonora que obtiene la matrícula de honor. Se encarga de ella, el estadounidense Justin Hurwitz con 30 maravillosas piezas instrumentales. Además el soundtrack se complementa con 16 canciones destacando la inolvidable y emocionante ‘City of Stars’, la apasionante ‘Audition’ o el tema de John Legend ‘Start a Fire’. En cuanto a los números musicales son bellísimos, desde el que abre la cinta, hasta que llegamos al del prodigioso cierre final.

Antes de concluir, quisiera aclarar una vez más, el concepto de crítica cinematográfica. En mí opinión, y en la de otros cinéfilos, es un ejercicio puramente subjetivo y siempre será así. Puede existir la objetividad en aspectos técnicos como pueden ser la fotografía o los maravillosos planos secuencia que contienen algunas películas, como es el caso de ‘La ciudad de las Estrellas’, que es el título que se le ha dado en España. Ahora bien, pretender la objetividad en el gusto por una película ni es posible, ni sería sano. Las personas estamos afectadas por distintos sentimientos, diferentes estados de ánimo, dias malos o buenos, situaciones personales, enamoramientos, desenamoramientos, conflictos, ilusiones y todo esto afecta a la hora de visionar una propuesta artística. En definitiva son las películas las que te escogen a tí, no tú a ellas.

Por eso y en mí opinión, La La Land es el sueño del cine hecho realidad. Un musical que pasará a la historia, y que muy probablemente se adaptará al teatro y dentro de 50 años se seguirá representando en Broadway o en cualquier otra ciudad del planeta. Una propuesta que es homenaje al cine. El musical de los musicales y es por ello que solo puedo calificar a la película como una autentica obra maestra.

Nota: 10/10.

Nacionalidad: Estados Unidos.
Director: Damien Chazelle.
Guión: Damien Chazelle.
Reparto: Ryan Gosling, Emma Stone,
J.K. Simons, Rosemary De Witt.
John Legend, Jessica Rothe.
Fotografía: Linus Sangren.
Música: Justin Hurwitz.
Duración: 127 minutos.
Estreno EE UU: 9/12/16.
Estreno España: 13/01/17.
Estreno Chile: 19/01/17.
Estreno Argentina: 26/01/17.
Estreno México: 3/02/17.

Cartel alternativo

Y cerremos la reseña con una curiosidad adicional. Se trata de un vídeo que demuestra que el cine es fuente de inspiración para nuevos talentos, como es el caso de este cover del musical, interpretado por Scott Oatley y Rachel Panchal:



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