Extremadura: Transporte = Economía

Ha pasado un siglo del viaje de Alfonso XIII  a las Hurdes, y para desgracia de los extremeños la incomunicación, el abandono y el olvido que sufría esta bella región se asemeja bastante a la situación que hoy sufre el conjunto de la Comunidad Autónoma de Extremadura en cuanto a lo que infraestructuras se refiere.

La similitud entre aquel lento viaje a caballo del rey Alfonso XIII y la lentitud del tránsito en tren actual a Extremadura pone de manifiesto el abandono. Mientras en nuestro país hay Comunidades Autónomas en que sus 5 capitales de provincia están conectadas por AVE, Extremadura no cuenta con la infraestructura ferroviaria para que pueda llegar un tren veloz, no hablamos ni siquiera de AVE.

Es conocida la condena que las Hurdes y sus gentes vivían hace un siglo víctima de su abandono y aislamiento, y es sencillo imaginar las consecuencias que la ausencia de una conexión ferroviaria acorde al siglo XXI que conecte a Extremadura con el resto de España, así como que también conecte entre sí las diferentes comarcas extremeñas supone para el desarrollo económico de Extremadura.

La ausencia de una infraestructura ferroviaria es una losa de grandes dimensiones que se une a otras circunstancias que están propiciando el vaciamiento rural y la despoblación, así como la pérdida de oportunidades en la búsqueda de un desarrollo económico sostenible para la región.

El ferrocarril es uno de los medios de transportes más eficientes energéticamente hablando y uno de los más sostenibles ecológicamente, por lo que negar la posibilidad de sus desarrollo e implementación en el territorio extremeño y en su interconexión con el resto de España supone condenar a la sociedad extremeña no sólo a desperdiciar tiempo en sus traslados, sino también a malgastar recursos energéticos tan apreciados en la actualidad.

Por todo ello, los extremeños hemos alcanzado el límite de nuestro hartazgo y nos movilizamos para exigir un ferrocarril para Extremadura que permita un tránsito de personas y mercancías acorde al siglo XXI y que posibilite el desarrollo de la región, tanto en lo que respecta a la exportación de productos extremeños, como al acceso turístico, y sobre todo, a la posibilidad de implantar y desarrollar empresas y actividades económicas en la región que posibiliten la oferta de oportunidades a los jóvenes extremeños para que estos podamos optar entre quedarnos en esta tierra o emigrar, en lugar de verse abocados a la emigración como si se tratase del inicio de la Edad Moderna en que Extremadura se mostró al mundo como cuna de conquistadores debido, una vez más al abandono y el empobrecimiento.

Los extremeños han mostrado al mundo su tenacidad a lo largo de la Historia. Extremeños como Francisco Pizarro, Vasco Núñez de Balboa, Hernán Cortés o Inés de Suárez, entre otros, son muestra del hambre de fortuna y emprendimiento, que es seña de identidad de las gentes que habitan esta tierra, pero es necesario que los extremeños contemos con los recursos e infraestructuras necesarias para poder exponer al mundo toda su capacidad.

Sin una infraestructura ferroviaria adecuada, la región de Extremadura está abocada a la despoblación y a la pérdida de oportunidades. Sin una infraestructura ferroviaria es imposible que se preste un servicio público de movilidad de calidad.

Por ello, no nos resignamos y alzamos la voz y el próximo 8 de septiembre, Día oficial de Extremadura, viajaremos a Madrid a exigir un tren del siglo XXI para nuestra tierra.


Solange Jarquín
Vicepresidenta de Red Autónomos Extremadura y Coportavoz de la Plataforma Extremeña por un tren que vertebre el territorio y enfríe el planeta



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